El principal foco del mercado esta semana será el encuentro entre los presidentes de EEUU y China en la próxima cumbre del G20 en Argentina. El tono del mercado de aquí a final de año dependerá en gran medida del éxito del encuentro y pensamos que, aunque es poco probable que pueda conseguirse mucho más que un alto el fuego y el compromiso de continuar trabajando de forma constructiva, esto supondría un alivio suficiente para apoyar un mercado positivo en el último tramo del año.
La lucha de poderes entre EEUU y China previsiblemente nos acompañará un largo periodo de tiempo, porque lo que se está poniendo en juego es mucho más que una brecha en el déficit comercial, lo que se está debatiendo es la lucha por el liderazgo geopolítico y económico. Los mercados deberán, acostumbrarse a esta lucha de poderes y a posibles fricciones entre las dos potencias. No obstante, en el corto medio plazo, pensamos que ambas potencias cuentan con incentivos suficientes para moderar el tono y para rebajar las tensiones.
Incentivos económicos y comerciales a nivel global
Los principales incentivos son de índole económico, porque una guerra abierta plantea un panorama comercial que llevaría al proteccionismo entre dos de las principales potencias comerciales, proteccionismo que tendría consecuencias negativas a nivel global.
Las medidas tomadas hasta el momento no plantean un daño económico relevante, tal como vemos en las estimaciones publicadas recientemente por la OCDE. Ni siquiera, si entrara finalmente en vigor la amenaza de Trump de elevar los aranceles al paquete de importaciones de 200.000 M.USD que está gravado al 10% hasta el 25% en enero y China devolviera la pelota, tal como ya ha advertido, con la imposición de nuevos aranceles a un paquete de 60.000 M.USD de importaciones de EEUU.
El impacto sí sería relevante en caso de que entraran en vigor todas las amenazas, principalmente por la incertidumbre que el ambiente bélico generaría y por la inseguridad para la inversión, ante la expectativa de que crecieran también las barreras arancelarias y dominara el proteccionismo económico. Las consecuencias serían relevantes a nivel del comercio mundial, dado el elevado nivel de globalización alcanzado en las últimas décadas.
Incentivos para Trump
En los dos años de mandato que restan a Trump en esta legislatura su capacidad de maniobra para impulsar la economía se verá mermada por dos razones principales: 1) su partido ha perdido el liderazgo en la Cámara de Representantes, lo que podría dificultarle el impulso de sus potenciales medidas «estrella»; y 2) la munición de expansión fiscal está prácticamente agotada, en una economía que lleva años muy endeudada, y tras el esfuerzo que ya se hizo a finales del año pasado con la aprobación de la reforma fiscal. Las tensiones comerciales ponen en riesgo el impulso dado por la reforma tributaria de Trump y, a falta de nueva munición de calado, pensamos que Trump se verá incentivado a moderar cualquier impacto negativo.
Además, en varias ocaciones Trump ha ligado el comportamiento de los mercados de renta variable con la calidad de la gestión de la Administración. La llegada de Trump al poder generó unas expectativas muy positivas a los mercados que propició fuertes alzas en la renta variable en el primer año de su mandato. Los índices recibieron un impulso adicional tras la aprobación de la reforma fiscal, ganancias que han quedado anuladas (al menos en el caso del S&P 500) en buena parte por la incertidumbre comercial (acentúa el temor al proceso de normalización monetaria y a la desaceleración económica o fin de ciclo).
Aunque Trump no fuera tan amigo de vigilar los mercados, su incentivo podría venir de la mano de las compañías, que se están viendo dañadas por la incertidumbre comercial y que también se ven afectadas por la caída de sus cotizaciones, y por los electores, puesto que los ciudadanos minoristas han elevado en los últimos años de manera relevante el porcentaje de ahorro en la renta variable y para los que las recientes caídas están suponiendo un recorte de su riqueza.
Incentivos para Xi Jinping
Ya desde la cumbre de Davos del año pasado, el discurso de Xi trata de mostrar una China abierta al mundo y casi capitalista. Con ello China pretendía seguir abriendo la mano a la inversión extranjera como medio claro de crecimiento. Además, China viene intentando estrechar lazos con distintos países y elevar su grado de preponderancia geopolítica.
Desde que comenzó la guerra arancelaria, China trata de colocarse como el baluarte del libre comercio frente al proteccionismo estadounidense. No obstante, en muchas ocasiones este discurso queda en evidencia, porque el perfil proteccionista se inclina todavía claramente hacia el lado chino. Además, la guerra abierta con EEUU dificulta el acercamiento de determinados países, que temen con ello enemistarse con EEUU.
Así, China podría verse incentivada a abrir su comercio de una forma más real, claudicando en algunos aspectos relevantes que exige EEUU de cara a la apertura de su economía y a competir desde una posición más equilibrada con EEUU. Su momento económico, en desaceleración, tampoco es el ideal para abrir una barricada y enrocarse en una guerra con EEUU. No obstante, su capacidad para estimular la economía por otros medios, es más elevada que la de EEUU, ya que está prácticamente manejada por el Estado. Lo que hemos visto hasta ahora, no obstante, es que las medidas que han ido introduciendo en el último año no han tenido un impacto relevante.
Conclusiones de mercado:
Pensamos que es probable un alto el fuego y el inicio de una nueva ronda de negociaciones que, no eliminará completamente la incertidumbre del mercado, pero que sí proporcionará el optimismo necesario para impulsar unos mercados positivos de cara a final de año. No obstante, el riesgo en caso contrario es relevante, por lo que recomendamos prudencia en el corto plazo. A continuación presentamos la evolución de los principales índices desde que la guerra comercial tomó mayor relevancia en los mercados (tomamos el 14 de junio como fecha de referencia, que fue la fecha en que Trump decidió activar el primer paquete importante de aranceles a importaciones chinas). Pensamos que, al menos en los primeros envites, serán los índices con mayor exposición a China los que más sensibilidad mostrarán ante el éxito o fracaso de «el encuentro» entre ambos líderes en el G20.